El dióxido de carbono (CO2) es un gas esencial para el crecimiento de las plantas de cannabis y se encuentra naturalmente en la atmósfera. Cuando se introduce CO2 adicional en el ambiente de cultivo, se puede aumentar la tasa de fotosíntesis y, en teoría, aumentar el crecimiento y el rendimiento de las plantas de cannabis.
El CO2 inducido se puede agregar al ambiente de cultivo de varias maneras, como con generadores de CO2 o sistemas de inyección de CO2. Al aumentar la cantidad de CO2 en el aire circundante, las plantas de cannabis pueden absorber más CO2 durante la fotosíntesis, lo que puede resultar en un aumento en la producción de azúcares y, en última instancia, en una mayor producción de biomasa y cogollos.
Sin embargo, el uso de CO2 inducido no es una solución mágica para aumentar el rendimiento de las plantas de cannabis, ya que también se deben tener en cuenta otros factores importantes como la iluminación, la temperatura, la humedad y la nutrición adecuada. Además, agregar demasiado CO2 al ambiente de cultivo puede ser peligroso y puede ser perjudicial para la salud humana.